🎵La música no solo se escucha: también se siente y se vive con el cuerpo. Moverse, cantar, aplaudir o dejarse llevar por el ritmo fortalece la conexión entre lo que oímos y lo que experimentamos. Esta vivencia corporal ayuda a interiorizar la música de manera más profunda, potencia la memoria, estimula la creatividad y despierta emociones auténticas. Bailar, marcar el pulso o simplemente balancearse con una melodía convierte la escucha en una experiencia integral que une mente, corazón y cuerpo.
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